Pese a los recortes, la deuda sanitaria de 2012 ya ronda los 3.000 millones de euros

Madrid (21-23/07/2012) - Silvia C. Carpallo

La deuda sanitaria, pese al plan de pago proveedores, vuelve a crecer en 2012, por lo que los diferentes grupos parlamentarios, PP, PSOE, CiU y EAJ-PNV, aprovechaban el foro de los cursos de verano de Aranjuez para proponer sus ideas y soluciones a la crisis económica de la Sanidad

3.000 millones de euros de deuda con los proveedores sanitarios, desde el 1 de enero de 2012. Así, aún a falta de datos oficiales, cuantificaba la creación de nueva deuda el portavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados, José Martínez Olmos, durante una de las mesas del curso "¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Medidas para salir de la crisis y el Estado de Bienestar, organizada por la Universidad Rey Juan Carlos I, en los cursos de verano de Aranjuez. En su intervención, explicaba que pese al plan de pago a proveedores y los recortes, se sigue creando nueva deuda –recientemente Farmaindustria estimaba la deuda con las farmacéuticas en 2000 millones de euros- y que su propuesta para paliar la misma pasa, no por el copago, sino por una subida de impuestos asumible, que fuera capaz de inyectar de forma finalista más dinero a la Sanidad, haciendo una hipótesis de un esfuerzo de 80 euros por ciudadano al año.

Dicha mesa, era también ocupada por el resto de portavoces de los principales grupos parlamentarios, que trataban de explicar que el problema está en que el modelo sanitario no se ha adaptado a cambios como la mayor esperanza de vida, la cronicidad, y al aumento de gastos en nuevas tecnologías, a lo cual, Martínez Olmos respondía que "no se ha demostrado que el incremento de la tecnología haya aumentado el gasto, todo lo contrario", y aseguraba que el verdadero problema no es sino que la Sanidad sigue estando infrafinanciada , "lo que no puede ser es que los presupuestos en Sanidad de las CC.AA. disminuyan cada año", haciendo alusión a la partida de Sanidad de las CC.AA. en los presupuestos entre 2011 y 2012. A esta idea, Manuel Cervera portavoz del PP la comisión de Sanidad y Servicios Sociales, contestaba que "no hay ningún país ni región del mundo que destine más del 40 por ciento a Sanidad, no se trata de dar un 50, sino de que ese 40 sea capaz de pagar la Sanidad", para lo cual, lo que son necesarias son medidas de ahorro.

Justo en este sentido, y respecto al cambio en el modelo de copago farmacéutico que marca el RDL 16/2012, Cervera explicaba que "esos esfuerzos que se le han pedido a la población no nos gusta a nadie", pero se trata de una situación extraordinaria en una situación de crisis tal, en la que "España y las Comunidades Autónomas en estos momentos son incapaces de devolver el dinero a tiempo". Esta idea volvía a poner en la mesa el eterno debate sobre los presupuestos finalistas, ya que según Martínez Olmos "no hay ninguna garantía de que ni uno de los euros que se están pagando por copago lleguen a la financiación sanitaria".

Propuestas y soluciones

Más allá de hacer un análisis y una crítica de la situación sanitaria actual, los parlamentarios también quisieron aportar soluciones. Así, Conxita Taruella, portavoz de CiU, exponía su propia receta que pasaba por buscar en primer lugar la manera de no generar más deuda, encontrar entonces más recursos, contar para ello con el propio usuario, y poner una limitación a las nuevas tecnologías. Además de todo esto, dos puntos importantes eran el buscar presupuestos finalistas, o al menos, "ingresos finalistas para la Sanidad", como aquellos provenientes del tabaco y el alcohol, así como el de hacer una mayor apuesta por la evaluación. Con esta idea se mostraba de acuerdo Manuel Cervera, que creía necesario "medir lo que hacen los profesionales", para valorarles por lo que hacen y no por lo que son, en un reconocimiento "no sólo económico sino laboral".

Emilio Olabarría, por su parte, reía que lo más importante era afrontar el problema económico al que se enfrenta la Sanidad, ya que "la deuda pública más la deuda privada del Estado español supera al PIB español en más de 200.000 millones de euros". Más allá de este dato, la apuesta de Olabarría pasaba por conseguir hacer "gestor de su propia salud al futuro paciente y no al sistema".