sábado, 18 de abril de 2009

Desde la crisis financiera a la crisis sanitaria


Observatorio
Evitar el paso de la crisis financiera a la sanitaria
10 Abril 2009 · Alberto Vivar

La actual situación económica mundial ha generado un nuevo reto: impedir que se desencadene también una aguda crisis sanitaria. Evitarlo es en estos momentos el objetivo de la OMS, que acaba de hacer público un nuevo informe sobre el impacto de la situación económica en la salud mundial. El trabajo fue presentado en una reciente reunión celebrada en Ginebra y tiene 3 puntos clave: fomentar la toma de conciencia sobre los mecanismos que a consecuencia de la crisis pueden incidir en el gasto sanitario; defender la necesidad de mantener las inversiones en salud y determinar medidas que, desde el punto de vista sanitario, ayuden a mitigar el impacto negativo de la hecatombe financiera.

Durante este encuentro, se anunció, además, que los países de la Región de Europa de la OMS se van a reunir el próximo mes de abril en Oslo (Noruega) para debatir en torno al impacto de la crisis financiera en la salud de la población. Los Estados miembros están de acuerdo en que el mundo está en cierta medida mejor preparado que en los años 80 para afrontar una crisis de esta envergadura, pero temen una característica fundamental de ésta, “la velocidad a la que evoluciona y la consiguiente incertidumbre a la que se enfrentan los planificadores de las políticas”.

Por esta razón, y aunque reconocen la necesidad de adoptar medidas a corto plazo que aminoren las consecuencias negativas de la crisis, también se mostraron de acuerdo en la adopción de una perspectiva a más largo plazo que permita al sector sanitario adaptarse mejor al futuro. Es por ello que las estrategias encaminadas a mitigar el impacto de la crisis financiera deben verse también como “oportunidades para la reforma”, sobre todo en cuanto a la manera en que se financian y organizan los servicios.

Como resumen de la reunión se han marcado 5 esferas de actuación para velar porque el sector sanitario salga de la crisis en las mejores condiciones:

-Liderazgo: los dirigentes sanitarios deben estar dispuestos a hablar de forma clara e inequívoca, basándose en datos sólidos para abogar por la salud en tiempos de crisis.

-Seguimiento y análisis: El análisis específico de cada Estado será indispensable para orientar las políticas y para evaluar el impacto potencial en distintas poblaciones e instituciones.

-Gasto público a favor de los pobres y de la salud: El reto consiste en asegurar que parte del gasto se destine realmente a los más desfavorecidos, y que, en la medida de lo posible, tenga un efecto positivo en la salud.

-Políticas para el sector sanitario: Centrarse en la atención primaria porque ofrece un enfoque global de las políticas en tiempos de crisis financiera, al estar sustentada en valores como la equidad, la solidaridad y la integración.

-Nuevas formas de trabajar en la salud internacional: El avance dependerá en buena parte de las medidas que se adopten en los niveles mundial, regional y nacional. La OMS también se compromete a aumentar su propia eficacia


SALUD EQUITATIVA desea expresar lo que sigue a continuación: durante muchos años he estudiado las variables que afectan a la salud pública en nuestro país (Argentina), así como en los países con economías sustentables. Muchos de dichos trabajos dan vueltas por el mundo mediante internet o impresos y son motivo de consulta de aquello que no se debe hacer si se pretende asumir una política pública seria en la materia salud. Durante muchos años (>10) he escrito en la REVISTA MÉDICOS, MEDICINA GLOBAL (www.revistamedicos.com.ar) desde cuyas páginas he expresado mis ideas y convicciones sobre el particular... Durante los últimos dos años me he dedicado a evaluar las falencias del modelo americano comparándolas con otros sistemas y últimamente mi objetivo se había centrado en abordar los equilibrios y los desequilibrios en salud entre los modelos de Estados Unidos de Norteamérica respecto de los Europa, pero las circunstancias de público dominio me han obligado a realizar un abrupto corte a efectos de tratar la gravedad de la crisis que transita el mundo y por ende la salud de la población marginada, aislada, empobrecida, e incluso de los que aún permanecen incluidos.

Ha sucedido que aquello que se vaticinaba desde distintos sectores, finalmente acaeció… errores acumulados durante la gestión política y económica del primer mundo durante los años noventa y el inicio del nuevo siglo han dado como consecuencia la crisis económica que ha estallado al modo de una olla a presión, con nosotros dentro.

Por estas horas nadie que esté en su sano juicio podrá omitir la gravedad de la coyuntura expresada en empresas en crisis extrema, desempleo, temibles desequilibrios financieros, quiebras de entidades bancarias, pérdida de fuentes laborales, pérdida de hogares a manos de instituciones que han manipulado hipotecas a efectos de desmerecer los esfuerzos ajenos… todo ello multiplicado por cientos de miles de casos, que dan como consecuencia directa millones de personas caídas de un sistema indudablemente inequitativo y perverso.

La circunstancia impone reflexión, moderación, concertación, adaptabilidad, factores imprescindibles para crear un nuevo modelo social y financiero para un mundo en crisis severísima. No obstante ello, se observan carencias políticas suficientes como para pretender sostener el modelo caduco pre-existente a cualquier precio. Léase, los miles de trillones que se pretenden volcar al embudo para salvar lo insalvable no traerá otra cosa que más caos, acrecentando la crisis e instalando por lapsos prolongados. No hay que ser un genio de las matemáticas ni otro de la física para asumir con criterio que cuando un sistema pierde dramáticamente su punto de equilibrio (desplazamiento por fuera del modelo) no hay regreso…

No obstante ello, parece que el virtualismo impuesto en el mundo no habilita a asumir que el problema ya no son las empresas, tampoco los bancos, insalvables por cierto porque se ven sometidos a variables que nadie tuvo la valentía de describir y enseñar, mucho menos prever en modelos de simulación con variables manipuladas para que todo apareciese “lindo” en los power point. Ciertamente, el problema lo constituyen las personas, las gentes que ayer, hoy o mañana se verán (nos veremos) golpeados frontal o tangencialmente, padeciendo las consecuencias de un sistema económico aberrante que fue diseñado para generar exclusión sin vislumbrar que un día alcanzaría a sus propios mentores.

Hoy por hoy no tiene caso salvar a empresas automotrices en un mundo donde las mayorías no tienen suficiente o ningún alimento, agua, servicios esenciales, salud ni educación. Esto que otrora mostraba focos aislados se ha transformado en constante, mal que nos pese.

Los genios de la economía que imponían “recetas” a países como el nuestro han puesto de manifiesto de manera fehaciente sus errores de apreciación, sus fallas a la hora de establecer métodos y sus incapacidades a la hora de gestionar. Pero la cuestión no concluye allí ya que el daño hecho es de tal magnitud que no se limita una mera cuestión económica.

En efecto, las “recetas” de muchos organismos internacionales que participan de la planificación en políticas sanitarias, no ha sido mejor… por el contrario, demuestran adolecer de las mismas y penosas deficiencias. Las entelequias de la comodidad de los escritorios han demostrado no ser funcionalmente propicias para abordar las realidades y mucho menos operativamente eficientes, por ende ineficaces…

Las personas (sociedades incluidas) en condiciones óptimas de salud son cada vez menos, aún cuando no lo queramos aceptar. Hoy, la CRISIS GLOBAL se traduce como RIESGO HUMANITARIO y esto debiera llamar a la reflexión a los gobiernos, a sus funcionarios políticos y a los técnicos, asumiendo que una revisión de urgencia se hace necesaria.

Cabría preguntarse aquí cuántos errores de apreciación se han acumulado en la obviedad de despreciar políticas públicas imprescindibles para atender demandas genuinas que al verse transferidas y desplazadas se han convertido en un tsunami de “demandas contenidas” que amenazan gravemente a los sistemas asistenciales que transitan sus respectivas gestiones con recursos ultra-limitados por decisiones políticas carentes de sentido común.

Esto se traduce de manera ciertamente simple: para que los números queden en negro (“bonitos”) en los libros contables se sacrifican las necesidades de los muchos. Demencial, sin duda alguna.

Los ejemplos de la gravedad de las consecuencias de inadecuadas observaciones y peores planificaciones afloran a modo de las burbujas del agua hirviendo, por todos lados, estallando en las narices de aquellos que supieron expresar sus soberbias académicas defendiendo lo que a todas luces era indefendible.

Ahora bien, los modelos del seguro social en todo el mundo se sustentaban con aportes personales y patronales administrados a través de instituciones sindicales o sus entidades sociales que ahora se ven afectados por el brutal impacto de la ausencia de aportes suficientes… ¿qué pasará con estos modelos?... no hace falta ser genio de lámpara para vislumbrar un pronto ocaso y un mayor daño social.

Luego de ello la pregunta que se impone es: ¿qué será de la suerte de las personas que se vayan cayendo del sistema?... esencialmente, ¿qué será de su salud?... la clase política del grupo del G-20 ha asumido con ingenuidad sorprendente que la solución está en nacionalizar, y volcar papeles con forma de dineros en una tolva sin fin.

La única solución prudente es reconstruir la SALUD PÚBLICA en todo el orbe, estructurada en base a demandas ciertas y como consecuencia de ello, fundada en presupuestos genuinos, para poder brindar una cobertura que asegure que aquello que está ocurriendo en el mundo puede o podrá ser evitado. ¿A qué me refiero?...

Desde hace algunos años (2003) se comenzó a hacer evidente que el perfil infectológico del planeta que habitamos (único, por otra parte) se estaba modificando progresiva pero dramáticamente. La aparición de la gripe aviaria (SARS) entre otras novedades puso en alerta al sistema sanitario a través de denuncias emanadas desde distintos centros científicos y académicos, incluyendo en ellos a la Organización Mundial de la Salud.

La movilización fue significativa y bien puede ser calificada como “responsable” ya que atinó a informar en primera instancia y formar a medida que avanzaba el conocimiento de las alteraciones detectadas y las que iban surgiendo.

Como consecuencia de la movilización científica algunos de estos problemas comenzaron a circunscribirse sin poder definirse ninguna de las situaciones como “efectivamente controladas” pero sí bajo un criterio de seguimiento que una vez más podría tenerse como “responsable”, aunque muchas veces fuera de la consideración de las políticas públicas (hablo del mundo, no de Argentina).

Los motivos de la aparición de nuevas, extrañas mutaciones y virulentas cepas no son del todo conocidos en especial en lo que respecta a sus fuentes, pero aún cuando sea un secreto a voces no escapa a los medios científicos que algo tiene que ver el cambio climático (quizás mucho) y un poco (quizás mucho) la manipulación genética de virus y bacterias en pos del demencialismo de la guerra bacteriológica, de hecho impracticable si queda un dejo de sentido común a los que se dicen responsables… tengan el color de bandera que sea.

La cuestión, llegado este punto es que la SALUD de los marginados (muchísimos) no es distinta ni tampoco aislable de aquellos otros que no lo son (pocos, cada vez menos). Amerita entonces asumir que las enfermedades que se están propagando rápidamente por un mundo donde no quedan fronteras demanda un nuevo ejercicio de gestión pública, cierto pero esencialmente eficiente de cara al futuro.

Atender a unos pocos en desmedro de los muchos ha demostrado no ser útil al conjunto ya que los pocos se ven afectados de manera semejante a los muchos… en este contexto pretender salvaguardar los intereses de las corporaciones no aparece como muy conveniente. Pero esto, que muchos creen que pasará como una simple tormenta, ha venido para instalarse hasta licuar el sistema que le dio origen. Quién crea lo contrario, está equivocado.- Víctor Norberto Cerasale MBA R&D / 2009-04-10
Copyright by Cerasale, 2009. Derechos reservados. Exclusiva para Revista Médicos, Medicina Global. Prohibida su reproducción sin permiso escrito del autor.-

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