lunes, 20 de noviembre de 2017

Roche ensaya precios diferentes según la indicación del fármaco - DiarioMedico.com

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SISTEMA INFORMÁTICO

Roche ensaya precios diferentes según la indicación del fármaco

El laboratorio suizo ha probado en varias autonomías una aplicación informática que permite saber de forma automática para qué se ha prescrito un medicamento y con qué resultados
Laura G. Ibañes   |  20/11/2017 00:00
 
 

Roche, Juan Carlos Saorín
Juan Carlos Saorín, director de Precios y Reembolso de Roche. ()
¿Está justificado que las nuevas inmunoterapias para el tratamiento del cáncer puedan costar hasta 400.000 euros por tratamiento? ¿Se puede realmente permitir el sistema sanitario público de un país esos precios? Las preguntas no son nuevas pero las voces que las formulan son crecientes. La campaña No es sano, promovida por entidades como la Organización Médica Colegial (OMC) y Médicos del Mundo, planteaba, por ejemplo, estas mismas preguntas la pasada semana a Novartis y Gilead en relación a los precios en Estados Unidos de sus nuevas terapias para la leucemia, cuestionando que, pese a la innovación que representan los tratamientos, realmente se justifique un precio tan alto.

A falta de un sistema que permita saber de forma rápida y homogénea los resultados reales en salud que obtienen las nuevas terapias y, con ello, el valor que están aportando a la sociedad (y a falta también de un consenso social sobre cómo retribuir ese valor), el debate sobre cómo hacer sostenibles los sistemas sanitarios ante la innovación que llega sigue anquilosado con frecuencia en la mera disputa de barato/caro.
Tratando de superar este problema y anticiparse a la necesidad que se avecina no sólo en España sino en toda Europa de un cambio en el modelo de fijación de precios de medicamentos, Roche ha diseñado un sistema informático que permitiría aplicar un precio diferente en función de las distintas indicaciones para las que haya sido prescrito un mismo medicamento y de los resultados reales que se haya obtenido con su uso.
  • Los economistas piden mayor transparencia en el actual sistema de fijación de precios y decidir una metodología sobre qué se valora y cómo
La aplicación informática, que el laboratorio suizo ha cedido voluntariamente a las autonomías y que no es exclusiva de Roche sino que puede utilizarse para todos los fármacos hospitalarios, ha sido probada ya con éxito en Galicia, Navarra, Cataluña, Murcia, Baleares y Canarias; y está en proceso de implantación en Castilla y León y Madrid, y en negociación para su extensión a Cantabria y Andalucía.

Combinaciones y nuevas indicaciones

Según ha detallado a la prensa Federico Plaza, director corporativo de Roche, el nuevo sistema tiene la ventaja de no generar mayor burocracia para el clínico y de no precisar una laboriosa explotación posterior de los datos (al contrario de lo que ocurre con los acuerdos de riesgo compartido), ya que consiste en extraer de forma automática de la historia clínica la indicación para la que se ha prescrito y algunos indicadores indirectos de resultados obtenidos (como el número de ciclos de tratamiento, por ejemplo, que ayuda a saber la progresión de la enfermedad). Esto abre la puerta al pago de los medicamentos según indicaciones y resultados.
  • El problema de la fijación de precios se complica al aprobarse decenas de indicaciones y de combinaciones de un mismo medicamento
Conseguir esto resulta vital según Plaza porque las innovaciones están llegando vía nuevas indicaciones de fármacos, que rondarán los 30 usos diferentes por producto en el futuro. "Y cada una de estas indicaciones tendrá un perfil diferente de eficacia, unas serán más innovadoras que otras, unas aportarán más que otras. Por eso, ¿tiene sentido que se retribuyan igual?", se pregunta Plaza.
Hasta ahora, sin embargo, detalla Juan Carlos Saorín, director de Precio y Reembolso de la compañía, "lo que se está haciendo es que por cada nueva indicación que se aprueba se baja el precio" [al entender que crece el mercado], y eso, en la práctica, desincentivaría a las compañías de investigar nuevas indicaciones. A esto se añade el problema de la fijación del precio para las combinaciones de fármacos, otra vía de innovación creciente (hay ya 1.200 combinaciones en investigación y alrededor del 7 por ciento demostará su utilidad). "El sistema puede no ser capaz de financiar la suma del precio de los dos nuevos fármacos por separado. Y hay que encontrar una solución ", concluye Saorín.

Varios países ya usan este modelo

La idea propuesta por Roche -sobre la que el ministerio se habría mostrado “sensible y receptivo”- no es “una idea nuestra, es un modelo que usan ya países como Hungría y Bélgica y que ha adoptado la propia agencia del medicamento italiana”, detalla Federico Plaza, director corporativo de Roche. 

Pendientes desde hace tres años del continuamente retrasado decreto de precios y financiación de medicamentos que Sanidad no termina de redactar, Plaza reconoce que la puesta en marcha de un pago por indicación podría precisar ajustes en la legislación, pero insiste en que sería compatible con el actual sistema de compras hospitalarias: “Podría basarse en un precio y descuentos en el precio según indicación”, explica.

Primero habría que decidir la metodología, qué medir y cómo

Farmaindustria dice estar comprometida con “ la medición de resultados e introducción de fórmulas flexibles de financiación. La posibilidad, entre otras, de fijar precios por indicación para un mismo medicamento respondería a estos objetivos. Trabajar en esta vía será beneficioso  para el paciente, que tendrá acceso a la medicación, y para el sistema sanitario, que podrá hacer un uso más racional”, afirma la patronal.

La propuesta de Roche no se ve con tan buenos ojos desde otros sectores. Eduardo Sánchez-Iriso,  profesor de Economía de la Universidad Pública de Navarra y presidente de la Asociación de Economía de la Salud, explica a título personal que “establecer precios personalizados en función del uso del medicamento no puede sino generar más ruido en un mercado ya de por sí bastante intervenido y, por qué no decirlo, falto de transparencia”. En su opinión, “es probable que estemos pagando por encima del coste de producción e innovación en algunos casos, pero no establezcamos el precio en función de la disponibilidad a pagar de los usuarios pues en salud es infinita. Seamos cautelosos, no abramos una lata que sea imposible de cerrar”, concluye el economista.

A título personal se expresa también Beatriz González López-Valcárcel, presidenta saliente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), que detalla que un modelo como el propuesto “tendría sentido en sistemas sanitarios con mecanismos claros y explícitos de fijación de precios basados en el valor terapéutico y en el coste-efectividad de los fármacos para las distintas indicaciones. Pero antes de tan refinadas medidas convendría que estuvieran mucho más claras las reglas aplicadas en nuestro país. Y el actual sistema se caracteriza por su opacidad, incertidumbre y falta de rendición de cuentas”.

En línea muy semejante se pronuncia también José Luis Poveda, presidente de la Comisión de la Especialidad de Farmacia Hospitalaria, para quien “el mercado y el sistema de reembolso tienen que cambiar y tiene sentido empezar a pagar por el valor de cada medicamento, pero todo eso exige una reflexión previa. Antes de intentar pagar por indicación hay que decidir cómo se mide ese valor y cómo retribuirlo. Hay que explicitar la metodología”. 

Ruth Vera, presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), una de las especialidades más afectadas por esta necesidad de hacer compatible la innovación con sostenibilidad, apela también a dejar claras las reglas del juego: “Es fundamental establecer una estrategia nacional que implemente unos indicadores comunes y con ello poder medir de forma uniforme los resultados en salud en la evaluación de fármacos”, concluye la presidenta de SEOM

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